sábado, 8 de septiembre de 2007

CUERPO SIGNIFICADO EN LA VIDA DEL HOMBRE

1.- El cuerpo: significado en la vida del hombre.
En algún momento de su vida, cada hombre se ha formulado a sí mismo algunas preguntas, por ejemplo: “¿Qué significado tiene para mí mi cuerpo? ¿Es una parte mi ser? ¿Es un ente a mi servicio? ¿Soy yo mismo? ¿Es sólo un instrumento de interacción con el mundo?”, etc.

Estas y otras preguntas por estilo surgen de la mente del hombre que tiene la necesidad de ahondar en su existencia, y deben ser respondidas adecuada y oportunamente a fin de definir la orientación de su conducta, teniendo en cuenta la importancia de dichas respuestas para los educadores, en especial para quienes dedicamos nuestras vidas a la activación corporal del ser humano cual sea su edad.

La lectura griega otorgó al cuerpo un significado que trascendido a lo largo de los siglos. Es conocida la gran atención que brindó tanto al cuerpo como al espíritu. La famosa frase de Juvenal “mens sana in corpore sano” así lo atestigua, aunque con ella y desde entonces, queda implícita la existencia de dos entes totalmente diferentes y antagónicos, aislados uno del otro.

Las ideas de Platón, corroboradas más adelante por Aristóteles y posteriormente por Descartes, dejaron firmemente sentado el concepto dualista y con él, la idea del cuerpo como un mero soporte anátomo-fisiológico, honrado por su destino de dar cavidad al espíritu. Tal concepto que contribuyo a dar al cuerpo el significado de objeto, instrumento de la acción, se ha mantenido inconmovible a lo largo de los siglos: trascendió progresivamente a todas las áreas del conocimiento, y alcanzo en definitiva, el campo de la educación, donde claramente se puso en evidencia la supremacía otorgada al espíritu, esto es a la inteligencia, quedando relegado y minimizado todo lo concerniente a lo corporal. Este modo de pensar aun prevalece a pesar de que los teóricos de la educación lo creen superado en la evidencia de una realidad educativa que somete el cuerpo a un adiestramiento físico, que corresponde a su conocimiento biomecánico y a las leyes que rigen el movimiento de todo objeto sin comprometer a la persona integral.

La acción educativa a seguido tratando el cuerpo como objeto, restándole la humanidad que revisten sus acciones y potencialidades. El cuerpo, considerado desde esa perspectiva mecanicista, se ha definido como una maza constituida por un conjunto de huesos y articulaciones, apilados de abajo arriba en un esqueleto de viseras y músculos, y revestido y bien protegido por un ropaje exterior perfectamente ajustado y protector.

Dicha perspectiva a facilitado la alimentación del cuerpo (ya sea en el trabajo, en el deporte y aun en la danza) como una herramienta de producción, como una máquina industrial que, racionalizada al máximo, se torna en un potencial de rendimiento, en un record olímpico o en un “mister” o “miss Mundo”.

Esta concepción, utilitaria por excelencia, tuvo su apogeo en el siglo XIX con el llamado materialismo mecanicista, y, solo en las últimas décadas, con los avances de las ciencias humanísticas, ha comenzado a cambiar, dando paso al concepto de la unidad de la naturaleza humana.

Estudios e investigaciones realizados en los campos de la antropología, de la psicofisiología, de la psicología genética, evolutiva, fenomenológica y experimental, e inclusive de la psiquiatría, lo confirman ampliamente: el hombre en sus dos realizaciones cuerpo y espíritu, es una unidad indivisible.

En consecuencia, el estudio del cuerpo es el estudio del ser humano, y la humanización del cuerpo en la materialización de la humanización del hombre. Es por esto que las innumerables doctrinas que hoy toman el cuerpo como punto de referencia no se dirigen necesariamente a una entidad corporal ni a fenómenos equivalentes: responden a modos de concebir el funcionamiento del espíritu.

Cuerpo y alma no son, entonces, entidades cerradas que se enfrentan la una a la otra, sino que existen permanentemente integradas, enraizadas una a la otra, sin solución de continuidad en el fenómeno existencial.

En tal sentido se fundamenta la idea central: el cuerpo humano, manifestación del hombre y presencia en el mundo, nos impone aceptar que solo en él y por él se concreta nuestro ser-en-el-mundo, tal como lo expresa Merleau-Ponty (1975). A lo que agrega el autor: “las diferentes funciones motrices son automáticamente traspasables, es decir, no son solamente una experiencia de mi cuerpo, sino además, una experiencia de mi cuerpo en el mundo y es el que da un sentido motor o una señal verbal. “Yo no estoy ni en el espacio ni en el tiempo”, continúa “yo soy del espacio y del tiempo. Mi cuerpo se aplica a ellos y los abraza.”

El cuerpo-objeto y el cuerpo-propio resultan así dos percepciones parciales de un mismo fenómeno, la corporalidad, que toda entera pertenece inmediatamente a la apertura del hombre sobre el mundo.

Las rigurosas investigaciones hechas por Merleau-Ponty, Chauchard, De Ajuriaguerra, Quiroz, Zazzo y Bucher, entre otros, en el campo filosófico, terapéutico, de la psicología, la neuropsicología y la psicofisiología, nos están brindando permanentemente bases de singular valor que permiten afirmar que la relación anímico corporal no puede ser considerada como la que se establece entre causa y efecto, puesto que el alma y el cuerpo no constituyen totalidades cerradas y autónomas que pueden enfrentarse, al contrario: se mantiene abiertas y enraizadas entre sí, constituyendo realmente un todo, una unidad funcional y existencial.

Bucher, (1976) aclara muy bellamente este concepto de unidad diciendo que la interacción que aquí se establece no es precisamente la que se da entre una causa y el objeto sobre el cual actúa, sino “aquella que surge entre el mármol y su forma, entre la palabra y su significado”.

En consecuencia, toda actividad o acontecimiento del cuerpo es y será siempre actividad y acontecimiento del alma; expresiones que otorgan al cuerpo un significado por encima de los límites físicos y biomecánicos que partiendo del concepto cartesiano los conecten, de acuerdo con su capacidad humana de sentir, desear, obrar y crear, en el medio obligado de relación significativa y concreta con el universo.

Queremos completar esta fundamentación afirmando primero con Wallon, (1970) que “las relaciones entre la motricidad, lo biológico y lo psicológico surgen de lo más primitivo: del cuerpo, y siguiendo luego con Ajuriaguerra, quien, yendo más profundamente a lo primitivo, asevera: “que la contracción física y la tónica de los músculos no solamente significan movimiento y tono, sino gesto y actitud. La función motriz” prosigue “encuentra así su verdadero sentido humano y social que el análisis neurológico le había hecho perder; ser la primera de las funciones de relación.”

A estas manifestaciones podemos agregar otras provenientes del campo de la neuropsicología. Citamos a Quiroz (1980) quien señala la íntima relación que existe entre la motricidad y los aprendizajes humanos, lo que en buena cuenta representa el desarrollo de la inteligencia. Igualmente, aceptamos que el organismo que nos da a conocer simultáneamente la fisiología y la psicología no es el cuerpo objeto que estudia la fisiología clásica, sino el cuerpo de un ser-situado-corporalmente-en-el-mundo, es decir, un cuerpo propio.

Por otro lado el funcionamiento del cuerpo, señala Schultz (1969) depende de la postura y de la actitud. Una buena organización tonicopostural va a repercutir en la ordenada y ajustada organización sinérgica, creando el ajuste equilibrado de los músculos antagónicos. Con ello contribuye a que la posición erecta o bípeda equilibrada posibilite el funcionamiento óptimo tanto los órganos vitales como de las funciones motoras, de tanta trascendencia en la vida del hombre.

CUERPO Y COMUNICACION

2.- Cuerpo y comunicación.
Queremos, asimismo, insistir en señalar que el cuerpo cumple una doble función: de encuentro consigo mismo y con el mundo de los seres y de las cosas. Función eminentemente relacional de carácter psicosociomotor. En el encuentro consigo mismo, las raíces neuropsicológicas y motrices que se potencializan en el cuerpo resultan el verdadero capital que el hombre posee para desplegar su existencia, para llegar a ser persona y alcanzar su realización.

La relación entre lo psicosocial y la motricidad donde aparecen los demás, podemos afirmar que la sociedad no sólo influye en nuestras relaciones humanas, sino también en la estructura, funciones y comportamientos corporales. El cuerpo se constituye entonces en un símbolo de cada sociedad, ya que, a la vez que ejerce su acción sobre ella, recibe su influencia y se transforma.

Este proceso dialéctico se cumple únicamente si entre cuerpo y entorno se establece una íntima comunicación, en la que el cuerpo, como referencia constante y dinámica, adquiere la disponibilidad óptima para ejercer su auto-control, para llegar al encuentro con los demás y al dominio de las cosas. Es la comprensión que surge entre por lo menos dos individuos, madre e hijo, por ejemplo, cuando uno entiende lo que el otro quiere expresar. Esta comunicación está representada en los seres humanos de la forma representada en su modo más auténtico por el lenguaje del cuerpo. Parafraseando a Le Boulch, (1970) gestos, mímica y, esencialmente, el cuerpo mismo participan en la misma base de la comunicación; lo único necesario es saber comprender el mensaje y reconocer la clave que todo mensaje tiene.

La comunicación corporal está ligada al equilibrio funcional del cuerpo, en el cual la función tónica afectiva cobra singular importancia y resulta decisiva en el proceso de adaptación creadora con el mundo material, así como en el disfrute de la alegría, bienestar y felicidad en el proceso psicosocial. Es así como el cuerpo, ente socializante por excelencia, se hace presente en la coexistencia entre seres corpóreos, concentrándose el requisito psicosocial de ser-con-los-demás y para-los-demás.

El cuerpo, como comunicación no verbal recibe muy poca o casi ninguna importancia, a pesar de que contiene en sí mismo un sentido y una expresión intelectual que no podemos ignorar por ser el medio privilegiado en la relación y comunicación con el mundo exterior; cargado de motricidad es vehículo exclusivo del comportamiento.

Esta actividad interior sujeto-mundo se expresa y concreta a través de la actividad corporal. Actividad que, interiorizada, es portadora y embajadora del significado psicológico que va a ser transformado en lenguaje propiamente dicho.

En este contexto, la comunicación no verbal surge con una importancia fundamental par la comprensión de la problemática de la comunicación humana. No debemos olvidar que la comunicación humana es especialmente corporal. Sartre nos lo hace recordar al decir “La palabra esconde el cuerpo”.

En la comunicación entre el emisor y el receptor hay dos cuerpos: el cuerpo de uno que está por y para el otro y también para sí mismo.

De hecho, la comunicación no verbal ha sido y es el soporte indiscutible del lenguaje humano, verbal desde el hombre primitivo. Recordemos que las emociones se expresan fundamentalmente en el campo mímico corporal y que el cuerpo, en esta perspectiva, es un emisor de señales y de significado socio-cultural.

Por último, la experiencia del propio valor del hombre se apoya incuestionablemente en la realidad de su cuerpo; éste es un medio de la experiencia originando en el dominio de su existencia como ser vivo. La constitución de la realidad experimentable de la conciencia estructuradora posibilitada por los sentidos, aseguran la percepción del mundo exterior y el apetito sexual. Si es verdad que la relación sensible con el mundo que nos rodea configura la experiencia de nuestra propia identidad y posibilita, al mismo tiempo, que trascendamos nuestro propio yo, la comunicación corporal la que, mediante la expresión, el gesto y el roce, inaugura el campo de la comunicación personal.

Estos planteamientos permiten pensar que al mirar y observar el cuerpo, debemos hacerlo en la medida de considerarlo idéntico a nosotros mismos. Tendremos que olvidarnos de la terminología tener un cuerpo y más bien exclamar: “¡Yo soy mi cuerpo!, porque, si bien es la mano la que toma el objeto, en realidad soy yo quien lo toma, es el cuerpo directamente el que sufre o goza y ello significa que en la mano o en el cuerpo, en la acción corporal “estoy presente yo en persona, en carne y hueso”.

Sin embargo, a pesar de todos estos fundamentos es aún muy dificil aceptar al hombre como unidad indivisible, si bien esta reflexión afirma el concepto, en la práctica seguimos pensando y refiriéndonos a nuestro cuerpo como el objeto de nuestra alma, como una mente que actúa independientemente de los sentidos, como si las potencialidades de nuestro cuerpo, nuestro intelecto y afectos, fueran fruto de una espiritualidad descarnada, sin asiento en nuestro propio cuerpo, en nuestro propio yo.

EL CUERPO Y LA EDUCACION

3.- El cuerpo y la educación
Los conceptos enunciados nos inducen a considerar la necesidad de reformular la estructura pedagógica actual teniendo presente la unidad indivisible del hombre, universalmente aceptada, unidad humana que sólo puede ser ejercitada y desarrollada en la acción educativa, esto es, con la participación equilibrada de todas las dimensiones de la persona.

En el campo específico de la educación corporal, insistimos, estos fundamentos plantean urgentes y profundos cambios en sus contenidos, objetivos y métodos, a la vez que obligan a tener muy presente las diferentes maneras en que el cuerpo puede participar en la acción: como objeto como instrumento de la acción, como expresión, y en especial, como ser-en-el-mundo y ser-para-los-demás, única forma de que la actividad educativa trascienda a la esfera total de la experiencia humana.

Ha llegado pues, el momento de reivindicar los valores corporales que durante siglos se mantuvieron en el rango de instintos, y dejar de pensar en el cuerpo únicamente como objeto adiestrado y utilizando en beneficio de la acción deportiva o laboral.

La pedagogía en general, de acuerdo con los fundamentos teóricos anotados que otorgan a la educación corporal del niño y del joven una nueva dimensión pedagógica, hace posible que el profesor, cualquiera que sea su campo de acción, se convierta en profesor de humanismo y cultura humana; incluso el de educación “física” término penosamente limitante dejará de ser, al decir P. Chauchard, (1971) el profesor “del músculo, para convertirse en verdadero educador y alcanzar el rango de profesor de Armonía y de Gesto”.

¿Sabías que…?
En la antigua Grecia, la frase “ORTIUS, ALITUS, SITUS” significo, para los atletas un aliento en las competencias, donde demostraban vigor, esfuerzo y valor que mueve el cuerpo para competir.

En sus mentes solo albergaban las ansias de vencer.

Dicha frase, era un imperativo llegar más lejos, saltar más alto, o ser más fuerte para enfrentarse en el campo de batalla o para competir en las Olimpiadas.

ACTIVIDAD FISICA EN LAS ETAPAS DE LA VIDA

4.- La actividad física en las distintas etapas de la vida.
En la lucha por el control del peso y la buena salud general, se da mucha importancia al tipo, cantidad de alimentos y bebidas que se consumen. Se ha prestado menos atención a la cantidad de energía que gastaríamos si fuéramos físicamente activos. Pero ambos aspectos están estrechamente ligados. A diferencia de nuestros ancestros, ya no necesitamos emplear demasiada cantidad de energía para encontrar alimentos. Debido a los avances tecnológicos, al transporte motorizado, la automatización y la maquinaria que ahorra trabajo, la mayoría de la gente tiene menos oportunidades de gastar energía. Se ha demostrado que aproximadamente el 70% de la población en los países occidentales no es lo suficientemente activa como para poder gozar de una buena salud y mantener el peso.

¿Qué quiere decir actividad física?
Ejercicio, forma física, estos términos se utilizan normalmente para referirse a las personas físicamente activas. Aún así en términos científicos, pueden tener significados ligeramente diferentes. Los términos más comúnmente utilizados se definen en el siguiente cuadro.

DEFINICIONES RELACIONADAS CON LA ACTIVIDAD FÍSICA
ACTIVIDAD FÍSICA Es la energía total que se consume por el movimiento del cuerpo. Incluye actividades de la rutina diaria, como las tareas del hogar, ir a la compra, trabajar.

EJERCICIO Movimientos planificados y diseñados específicamente para estar en forma y gozar de buena salud.

DEPORTE Actividad física ejercida como competición que se rige por unas normas. En muchos países europeos el término deporte abarca todo tipo de ejercicios y actividades físicas realizadas durante el tiempo libre.

FORMA FÍSICA Serie de atributos, como la resistencia, la movilidad y la fuerza, que se requieren para realizar actividades físicas.

La actividad física se refiere a la totalidad de la energía que se gasta al moverse. Las mejores actividades físicas son las actividades cotidianas, en las que hay que mover el cuerpo, como andar, montar en bicicleta, subir escaleras, hacer las tareas del hogar, ir a la compra, y la mayoría de ellas forman parte inherente de nuestra rutina. Por el contrario, el ejercicio es un esfuerzo planificado e intencionado, al menos en parte, para mejorar la forma física y la salud. Puede incluir actividades como andar a paso ligero, la bicicleta, el aeróbic y quizás algunas aficiones activas como la jardinería y los deportes competitivos.

La forma física es principalmente el resultado que obtenemos, según nuestros niveles de actividad física, aunque también son importantes los factores genéticos, gracias a los cuales algunas personas tienen una capacidad natural y un físico adecuado para destacar en algunas actividades.

Esto es más perceptible en los deportes de competición, como las carreras de fondo o el levantamiento de pesas, donde los mejores participantes suelen ser los que tienen un cuerpo genéticamente superior, es decir que está en condiciones óptimas, sin un entrenamiento excesivo. Aún así, es importante recordar que las pruebas de las que se dispone hasta la fecha demuestran que lo que puede ayudarnos a gozar de una buena salud (más que ningún componente hereditario de buena forma) es realizar con regularidad actividades físicas. Esto significa que todos, seamos atléticos o no por naturaleza, podemos beneficiarnos si aumentamos nuestra actividad física.

ACTIVIDAD FISICA EN FUNCION A LA EDAD

6.- Recomendaciones sobre la actividad física en función a la edad.
En este apartado trataremos sobre los fundamentos del ejercicio en los distintos grupos de edad, desde los jóvenes hasta los mayores de 65 años. Sin embargo, se incide sobre todo en el ejercicio físico y el entrenamiento para la población juvenil.
Existen edades más idóneas que otras para el aprendizaje o el desarrollo óptimo de las diferentes condiciones motrices, en tal sentido se consideran una serie de aspectos que se detallan.

1. Equilibrio dinámico: de 12 a 15 años.
2. Equilibrio de movimientos rotatorios: de 11 a 14 años.
3. Dominancia eje de la mano derecha alejada del cuerpo: de 10 a 13 años.
4. Dominancia eje de la mano izquierda alejada del cuerpo: de 10 a 15 años.
5. Coordinación de movimientos con ambas manos cerca del cuerpo: de 10 a 18 años.
6. Fuerza de presión de la mano: de 11 a 13 años.
7. Fuerza a nivel de la cintura escapular: de 12 a 14 años.
8. Fuerza de la musculatura femoral: de 10 a 12 años.
9. Reacción a estímulos ópticos: de 18 a 22 años.
10. Reacción de los estímulos acústicos: 18 años.
11. Reacción de los estímulos táctiles: de 14 a 18 años.
12. Velocidad de movimientos rotatorios: de 12 a 14 años.
13. Velocidad de movimientos de la mano: de 10 a 14 años.

Por esta razón conviene realizar este tipo de actividades desde la infancia, para aprovechar los momentos en que el organismo se halla receptivo y lograr mejoras en el rendimiento.

6.1.- Actividad Física en la infancia y adolescencia.
Existen diferencias poco significativas entre los niños y las niñas. El ejercicio es necesario para el crecimiento físico normal y el desarrollo motor, pero también para el equilibrio psicológico, la maduración afectiva y el rendimiento escolar. Tanto el juego como la actividad física constituyen una aparte fundamental del desarrollo y el proceso de socialización del alumno.

6.2.- Ejemplos de actividades.
o Desplazamientos en bicicleta, caminatas, juegos y actividades al aire libre.
o Deportes y juegos de equipo.
o Danza, gimnasia y expresión corporal, etc.

6.3.- Precauciones.
o Se debe de incluir pocos ejercicios dedicados a la fuerza y potencia (pesas), aunque no están prohibidos si se realizan con la precaución debida.
o Hay que prestar atención en los signos y síntomas patológicos (especialmente los cardiovasculares, osteoarticulares, neuromusculares y metabólicos).

6.4.- Actividad Física en la adolescencia y postpubertad.
En esta etapa, las capacidades físicas van alcanzando progresivamente su máximo desarrollo. Sin embargo, lógicamente existen diferencias entre las capacidades físicas en los hombres y las mujeres.

La actividad física, tiene importantes efectos preventivos sobre la salud, y la adolescencia, es crucial para la adquisición de un estilo de vida físicamente activo.

6.5.- Ejemplos de actividades.
o Correr o desplazamientos en bicicleta, actividades domésticas, jardinería, etc.
o Deportes individuales (recreativos o de competición): atletismo, natación, etc.
o Deportes colectivos (fútbol, básquetbol, etc.).
o Danza, gimnasia y expresión corporal.

6.6.- Precauciones.
o Control médico en el caso de existir signos y síntomas patológicos, especialmente cardiovasculares metabólicos.
o Prevención del uso de sustancias dopantes o transgresiones alimentarias en los deportistas.

6.7.- Actividad Física en adultos.
En esta fase, entre los 25 y 65 años comienza a manifestarse una pérdida progresiva de las capacidades físicas. Sin embargo la actividad física regular puede ayudar a frenar dicho proceso.

El ejercicio tiene efectos preventivos y terapéuticos, sobre todo en las enfermedades cardiovasculares, metabólicas y osteoarticulares; también posee efectos beneficiosos en el embarazo, la recuperación posparto y la prevención y tratamiento de los trastornos relacionados con la menopausia.

6.8.- Ejemplos de actividades.
o Desplazamiento en bicicleta o caminando, subir y bajar escaleras.
o Actividades de tiempo libre: excursiones, paseos, baile, juegos, actividades al aire libre.
o Actividades deportivo – recreativas.
o Danza, aeróbicos, expresión corporal, etc.

6.9.- Precauciones.
o Se debe de realizar una revisión médica en caso de signos y síntomas patológicos, especialmente cardiovasculares y metabólicos, al empezar un programa de ejercicios en personas sedentarias o mayores de 40 años (varones) o 50 años (mujeres).
o Incluir una fase de calentamiento y otra de enfriamiento, progresivas.
o Controlar la intensidad del ejercicio y la progresión de manera individualizada, en función de la capacidad física y adaptación de cada individuo.
o Prevención del uso de sustancias dopantes o transgresiones alimentarias en los deportistas.

6.10.- Actividad física en personas mayores de 65 años.
En las personas pertenecientes al grupo de la tercera edad, la inactividad parece asociarse indirectamente con la pérdida de las funciones intelectuales, pero también influye la disminución de la capacidad aeróbica, tanto del músculo cardíaco y el sistema esquelético. A partir de la madurez, cada año la capacidad del corazón para bombear disminuye en una proporción del 1 %. El flujo de sangre, desde los brazos hasta las piernas es de un 30 a un 40 % más lento a los 60 años que la edad adulta temprana. Con la edad disminuye la cantidad de aire que puede exhalar una persona después de inspirar profundamente, y la caja torácica se vuelve más rígida. La velocidad en que viajan los mensajes nerviosos a los 70 años se reduce entre el 10 y el 15 %.

Sin embargo estudios recientes han demostrado que la mayoría de estos síntomas pueden retardarse si se realiza ejercicio físico de manera regular.

6.11.- Ejemplos de actividades.
o Caminar como forma básica del ejercicio.
o Actividades de tiempo libre: excursiones, paseos, baile, juegos, actividades al aire libre, etc.
o Actividades aeróbicas de bajo impacto: por ejemplo, nadar, realizar ejercicios utilizando aparatos estáticos, etc.

6.12.- Precauciones.
o Se debe realizar una revisión médica en caso de signos y síntomas patológicos, especialmente cardiovasculares y metabólicos, al empezar un programa de ejercicios en personas sedentarias o mayores de 40 años (varones) o 50 años (mujeres).
o Incluir en todo tipo de ejercicio una fase de calentamiento y otra de enfriamiento, progresivas.

o Controlar la intensidad del ejercicio y la progresión de manera individualizada, en función de la capacidad física y adaptación de cada sujeto.

o Prevención del uso de sustancias dopantes o transgresiones alimentarias en los deportistas.

o Es preferible realizar el ejercicio con amigos o familiares.

miércoles, 18 de julio de 2007

PASE SOBRE LA CABEZA CON DOS MANOS


Es un pase con buen contenido de precisión para distancias cortas, que requieren pocos desplazamientos para su ejecución. Resulta efectivo también para ser utilizado ante marcadores de poca estatura. Especialmente al pasar el balón hacia el compañero ubicado como centro.

PASE FAJA

Es un pase útil para eludir marcaciones a precisión. Debe utilizarse lo estrictamente necesario a fin de aprovechar su contenido de sorpresa. Debe evitarse que se lo utilice como elemento de lucimiento personal.

PASE BAJO MANO (CON UNA MANO)

El mecanismo de este pase corresponde dos tiempos, de balanceos, uno hacia el lado opuesto a la dirección del pase que toma el carácter de impulso previo, y el otro en el sentido del pase. De acuerdo a su dirección con respecto al jugador que lo ejecuta y al balanceo del brazo protagonista se puede considerar las siguientes formas: de frente, oblicuo, costado y atrás.

PASE DE FRENTE

Se realiza con balances laterales del brazo y lleva incluido el adelanto de la pierna opuesta al brazo que acciona; esto como mecanismo coordinado y como protección del balón. Este pase cuando se apoya, incluye siempre ena acción de giro del cuerpo en su totalidad que como una pantalla protege el balón de la acción defensiva del oponente.

PASE OBLICUO

El mismo mecanismo general que el de frente pero con un balanceo de brazos de afuera hacia dentro y de atrás hacia delante que permite sacar la pelota oblicuamente.

PASE POR ATRÁS

Se ejecuta teniendo en cuenta el mecanismo básico de balanceos a los que se agrega inicialmente un movimiento de pronación (rotación hacia dentro) del conjunto de brazos-manos-balón, para que permita realizarse el balanceo hacia atrás directo u oblicuo adentro o fuera.

PASE GANCHO

Este pase se realiza con un movimiento de circunducción de adelante hacia atrás y de adentro hacia fuera. En la primera trayectoria la mano opuesta ayuda a mantener el balón, pero pasada la línea de la cadera no se hace necesaria esa acción por cuanto el balón se mantiene perfectamente. El mecanismo analítico exige la flexión profunda de la mano sobre el antebrazo para poder mantener el balón.